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Colonial y moderna, siempre segura y acogedora, la ciudad de Salta atrae todo el año a miles de visitantes. Su calidez y tranquilidad, la atractiva fisonomía hispánica de sus templado, dan marco a las más variadas actividades: el paseo histórico por sus casonas, templos y museos, la degustación de manjares típicos, o el disfrute de sus alrededores, donde la naturaleza ya comienza a deslumbrar, o el esparcimiento nocturno en sus prestigiosas peñas folclóricas o modernas discotecas. El centro histórico de Salta es único en Argentina. Tanto en su trama urbana como en sus relaciones espaciales y funcionales, en las del espacio público y privado, en la proporción entre el espacio construido y el espacio libre (patios). En síntesis, en su calidad de vida. Esto se puede admirar en las visuales de los corredores urbanos de la calle Caseros hacia la iglesia de San Francisco y el Convento de San Bernardo, el de la calle San Juan, hacia la Iglesia La Viña, el de la calle Córdoba, y otros, donde la escala humana se mantiene y las visuales a los cerros, el cielo y el sol participan del paisaje urbano. Templos y Edificios Históricos. Al remontar los tiempos de la fundación de la ciudad, el Cabildo, conserva aún su estructura original y los vestigios de la historia transcurrida en sus muros. Aunque sufrió varias modificaciones es el más completo y mejor conservado de la Argentina. Es una edificación sólida y de líneas simples, con anomalías que le suman encanto e interés, como su inusual asimetría o el "diablito" en la veleta que corona la torre. Funcionan allí, dos museos con colecciones que permiten apreciar parte del pasado histórico y artístico de la provincia. La Catedral Basílica de Salta se emplaza frente a la plaza principal, la 9 de Julio. Su estructura fue iniciada en 1858. Es considerada uno de los templos más bellos de Argentina. De la sobrecogedora decoración interior, simétrica y suntuosa se destaca la ornamentación en oro y el soberbio altar. Cada septiembre, la Catedral salteña recibe a miles de los devotos del Señor y la Virgen del Milagro, patronos de Salta, a quienes una conmovedora historia les atribuye el prodigio de haber detenido los terremotos que asolaron la ciudad en 1.693. El Panteón de las Glorias del Norte guarda los restos del general Martín Miguel de Güemes, entre otros próceres nacionales. De fino estilo gótico, la antigua Iglesia de la Merced, es uno de los templos que manifiestan su historia en pleno centro de la ciudad. En su interior se encuentra la cruz que hizo colocar el general Manuel Belgrano, otro héroe de la independencia, en el Campo de Honor, donde yacen los caídos de ambos mandos en la batalla del 20 de Febrero de 1813. Uno de los más destacados exponentes del patrimonio arquitectónico e histórico de la ciudad es, sin duda, la Iglesia y Convento de San Francisco. Edificado en 1625 fue reformado hasta 1882, cuando se inauguró la torre que acompaña al templo, una de las más altas de Sudamérica con 53 metros de altura. El general Manuel Belgrano asistió allí a una misa por los caídos en la Batalla de Salta; y del bronce de los cañones usados en el combate fue fundida la campana de la patria. La Santa Sede le otorgó el título de Basílica Menor en 1997. El templo conserva valiosas obras artísticas, además de un pequeño museo. La biblioteca del convento tiene documentos y magníficos incunables. El Convento San Bernardo fue en principio Ermita de San Bernardo, patrono de Salta en sus albores. En 1586 se levantó un edificio contiguo, destinado para hospital, bajo el nombre de San Andrés, que sólo en 1726 quedó en condiciones de ser habilitado. En 1846 se convirtió en el actual monasterio con el nombre de Nuevo Carmelo de San Bernardo. Su portal de madera de algarrobo fue completamente tallado por aborígenes en 1762 y colocado en 1845 Casonas y museos. Una histórica edificación de fines del siglo XVII es la Casa de Hernández (peatonal La Florida y calle Alvarado), que hoy contiene espectáculos culturales y donde funciona el "Museo de la Ciudad". Sus muros de casi un metro de espesor y la fachada de escasas aberturas con Skina de doble puerta y balcón superior, recrear la composición arquitectónica predominante en Salta entre el siglo XVIII y principios del XX. La antigua Casa Arias Rengel conserva el abolengo de la familia que la habitó. Se mantiene en la actualidad como en sus años de esplendor. Funciona en ella el Museo Provincial de Bellas Artes. En el interior se exponen pinturas y piezas talladas. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1946. En la Casa de Uriburu podrá visitar una amplia biblioteca y una cocina ambientada como en su época, además, de variados objetos que ilustran usos y costumbres de la época colonial. Fue construida a fines del siglo XVIII y es típicamente colonial. El Museo Pajarito Velarde es una vieja casona que recibió cotidianamente en sus mejores épocas a poetas como Manuel J. Castilla y Juan Carlos Dávalos. Su dueño, el entrañable Pajarito Velarde, les abría su casa con gran amistad y cariño, y supo entablar amistad con personajes como Jorge Luis Borges y Carlos Gardel. Hoy convertida, en museo, es otro típico ejemplo de arquitectura colonial donde se exhiben colecciones de pintura, muebles, armas, instrumentos musicales y otras reliquias del paso de los que la visitaron.
A sólo 14 kilómetros de la ciudad de Salta se encuentra la villa veraniega San Lorenzo, un lugar elegido por turistas y salteños para disfrutar de los múltiples servicios que ofrece la hotelería, la gastronomía y el turismo. Las casonas antiguas mezcladas con las modernas dan un toque de paz al convocar al silencio y la serenidad. La exuberante selva y el fresco arroyo de aguas cristalinas que atraviesan las faldas montañosas de la Quebrada de San Lorenzo proponen una alternativa placentera, al alternar naturaleza y ciudad. La Quebrada de San Lorenzo es una reserva natural municipal que representa al ambiente fitogeográfico de Las Yungas o Los Yungas, distrito de la selva montaña. En Argentina solo existen 250 kilómetros de este tipo de selva, que van desde la provincia de Tucumán hasta el límite con Bolivia. La flora de la Quebrada de San Lorenzo tiene cinco tipos arbóreos: árboles de diez a quince metros de altura, árboles de menos de diez metros, hierbas altas o arbustos, herbáceas (helechos) que desaparecen a la sombra de las plantas más grandes, y el musgo.